Recordando la bella Abdelazia

Rutes Senderisme Siurana.
Desde Cornudella a Siurana por el viejo camino

   Verano de 1153, fuerzas de la casa de Cervera, de Albert de Castellvell. Ramón de Ganagot, Guillem de Claramunt, Antoni Mese, Bernat de Plegaments y Bertrán de Casteller se encontraban a los pies de Siurana. Eran los señores de un numeroso ejército que había tomado las montañas de Prades para confluir al pie de la mayor fortaleza musulmana de estas sierras.

   Parece que después del terrible paso de los francos el año 809, los sarracenos abandonaron el Camp de Tarragona y se retiraron en las montañas. Las sierras de Prades adquirieron entonces una gran importancia, convirtiéndose en una gran fortaleza que protegía los territorios del Ebro delante de la frontera con los señores cristianos.

   Colgada sobre el abismo, en la punta del espolón de roca que la sierra de la Gritella levanta hacia el Priorat, Siurana resiste y espera eso que parece inevitable. El enclave musulmán es un formidable reducto, el abismo rodea prácticamente la población y el castillo obstruye el único paso que permite la entrada en el estrecho istmo. Pero el destino estaba decidido. Hacía ya cinco años que las tropas de Ramon Berenguer IV habían entrado en la poderosa Tortosa. Todo el territorio que hoy es Catalunya ya había sido reconquistado y el asedio de Siurana solo podía tener un final.

   Delante de la fatalidad, la leyenda sublima la ineluctable. Durante la batalla, la hija del valí de Siurana, la bella Abdelazia juró morir antes que caer en manos de los bárbaros cristianos. Momentos antes de la derrota final, los guerreros quedaron asombrados. Por sorpresa, apareció un soberbio caballo blanco montado por la “reina mora”, dirigiéndose velozmente al acantilado de cerca del muro del castillo. Al llegar, espoleado por la desesperada dama, el animal hizo un impresionante salto y juntos desaparecieron mortalmente en el vació. Todavía hoy se puede ver la huella de la pezuña del caballo a prueba del último impulso del corcel para llevar a la bella Abdelazia hacia la inmortalidad.

   La excursión propuesta invita a soñar en princesas moras pero sobre todo permite revivir uno de los principales accesos de este singular pueblo. Se trata de un camino tan viejo como Siurana, el que seguía todo el mundo que quería acceder desde Cornudella, como mínimo hasta el 1971, cuando llegó la pista. El camino ha sido señalado con marcas blancas y amarillas de PR.

   Se sale de Cornudella siguiendo la carretera de Prades hasta encontrar, a la derecha, la carretera que lleva a la presa del embalse. Se descarta un primer camino que marcha a la izquierda. Se sigue unos metros y enseguida se encuentra, también en la izquierda, el camino carretero por donde se continúa. Se baja recto en dirección al embalse descartando a la izquierda accesos a chalés. Al llegar al embalse, el antiguo camino queda bajo las aguas. Eso obliga a hacer un desvío siguiendo el camino perimetral a la izquierda para reencontrar el viejo camino más adelante. Se deja la pista y se inicia la subida por el lateral hasta el Coll de les Lloses

   Una corta bajada permite cruzar el barranco del Estopinyà y acto seguido volver a subir en dirección a Siurana. Al cabo de un rato, se cruza la pista que lleva hasta el Mas del Candí, el molino del Esquirola y se continua arriba. El camino principal es muy evidente y va ganando en espectacularidad mientras busca el mejor paso para superar los acantilados. Los viejos empedrados que aún resisten, resultan imprescindibles para comprender y revivir el carácter inexpugnable de este último reducto musulmán a los territorios que después formarían Catalunya. La llegada a Siurana por este camino es para recordar. 

Características: 

Tiempo: 1 h 50 min (sin contar paradas).
Desnivel positivo: 250 m.
Distancia: 4,8 km.
Mapa: Siurana 1:10.000, Editorial Piolet o bien Muntanyes de Prades 1:25.000, Editorial Piolet.

 

Recomendaciones: 

   La Asociación de vecinos y amigos de Siurana gestiona el pequeño pero muy interesante museo local, situado a la antigua Abadía.

Más información: 

Itineraris per les rodalies de Siurana, d’Enric Aguadé (Patronat de Siurana, 2000), en venta en librerías de Reus y en Siurana. Siurana de Prades. La terra i la gent, de Ramon Amigó (Rafael Dalmau Editor, 1998). Los textos de Josep Iglésies sobre Siurana continúan siendo excelentes, tanto los que aparecen en la Guia Itinerària de les Muntanyes de Prades, el Montsant i la Serra de la Llena, como la recopilación de las leyendas de Siurana.