Albarca
El pueblo de Albarca, para la gente de la zona Aubarca, se encuentra en un rincón privilegiado a los pies de Montsant, en un punto donde se juntan la solana y la umbría de la montaña con las últimas estibaciones de la sierra de Prades.
Es, pues, un enclave estratégico ya conocido desde antiguo. El origen del pueblo es musulmán: una almunia en los alrededores del castillo de Siurana. Cerca del pueblo se encuentran vestigios de población de este periodo: tumbas excavadas en la roca de la Parada de la Guineu que muestran los enterramientos de una pequeña comunidad medieval. Tras la conquista cristiana, se desarrolló el núcleo habitado junto al castillo, documentado en 1182 y del que hoy en día queda muy poco.
Actualmente, Albarca se ha convertido en un lugar de segunda residencia, con muy pocos habitantes que residan de forma fija a lo largo del año. En cuanto a servicios, cuenta con un refugio del Centro Excursionista de Tarragona y un alojamiento rural independiente.
La Fiesta Mayor se celebra el 15 de agosto y en el último día tiene lugar la tradicional subida a la Ermita de la Mare de Déu de Montsant.
A pesar de estar prácticamente deshabitado, el pueblo aún conserva todo el encanto de antemano y destaca el ábside románico de su Iglesia.
Desde Albarca se pueden realizar múltiples excursiones a la Sierra de Montsant, así como llegar a la Ermita de la Mare de Déu de Montsant.